miércoles, 8 de diciembre de 2010

Siete Picos

En esta ocasión paso a describir una de las rutas cercanas a Madrid, de esas que uno puede plantearse para un sábado o domingo por la mañana. Además  si no tenemos coche o no deseamos llevarlo, tenemos la posibilidad de ir en tren hasta Cercedilla y desde allí coger el trenecito que sube hasta el Puerto de Navacerrada. He de decir que el viajecito en tren es muy chulo, pero nos lo cobrarán bien. Atraviesa lugares tan pintorescos como la ladera de los Siete Picos, el Puerto de Navacerrada, bosques de Valsaín y Puerto de Cotos. Recorre una distancia de 19 Km en unos 26 minutos, es uno de los lugares en los que Renfe saca unos buenos cuartos, como excepción al sistema tarifario general de las líneas de Cercanías está establecido un precio único desde cualquier zona de la red de Cercanías con la C-9, de 6 € por trayecto en el billete sencillo y 12 € en el ida y vuelta.

Tipo de marcha: Circular
Distancia: 18 Km
Desnivel acumulado: 250 m. de subida + 250 m. de bajada


Nosotros partimos desde el  aparcamiento del Puerto de Navacerrada. Por la derecha de la Venta Arias sale una carretera estrecha asfaltada que se dirige hacia la Residencia de los Cogoros del ejercito del aire. Hacemos la pista completa hasta que llegamos al final, allí vemos el remonte de la pista de esquí del telégrafo. Desde aquí parte el Camino Smith, lo cogemos y nada más comenzar sale un camino por la izquierda que cogeremos para subir al Alto del Telégrafo por la Senda de los Herreros. Esta senda se sigue sin dificultad puesto que es bastante transitada durante todo el año, incluso en invierno y que a menos que seamos los primeros en hacerla después de haber caído una nevada, no tendremos dificultad. Alcanzamos la cima del cerro del Telégrafo con sus 1.975 msnm , y si el día es despejado veremos debajo de nuestros pies las instalaciones del puerto de Navacerrada. A nuestras espaldas ya se verá la mole de Siete Picos. En la cima hay una estatua metálica de la Virgen de las Nieves.


Descendemos por el lado oeste del cerro y enseguida coronamos otro sin mucho esfuerzo. También se puede rodear por su parte derecha por un ancho camino que suele estar cubierto de nieve y hielo en invierno. Volvemos a descender, ahora un poco más, y llegamos a la Pradera de Siete Picos. Aquí, a mano derecha, un mojón de granito nos marca el límite entre Madrid y Segovia, y a la izquierda, en descenso, la Senda Herreros, que nos llevará hasta la fuente de Los Acebos y a Cercedilla. Enfrente tenemos ya la cuesta definitiva hasta Siete Picos, dominada toda ella por un pinar de pino silvestre o de Valsaín, vigoroso, que se diferencia por el color asalmonado de su tronco y ramas superiores, y por las pequeñas piñas que tiene y que jalonarán toda la subida. La subida es fácil, está marcada por una sucesión de montones de piedra que se han ido poniendo allí durante décadas por los excursionistas y montañeros. Sin embargo, la multitud de hitos nos puede desorientar un poco, pues hace parecer que todos los caminos conducen a la cumbre. El camino principal se toma primero hacia la izquierda de la ladera, en medio ya del pinar.
También es recomendable tomar este camino porque a los pocos minutos veremos un cortado a nuestra izquierda, con una pradera en el fondo: es un pequeño circo glaciar que se formó en esta zona. Seguimos la subida con un giro hacia la derecha, siempre en medio del pinar y, poco a poco, tras continuos repechos se acaban los pinos y la subida se suaviza. Llegamos a una zona de piedra desnuda pero que no es la cumbre, y la subimos en oblicuo hacia la derecha. Ya coronamos ahí el Séptimo Pico, mejor dicho, la explanada rocosa que hay al norte del Séptimo Pico. Sí, está bien expresado, es el Séptimo y no el Primero, pues se empiezan a contar desde Cercedilla. Y si los contamos vemos cómo sólo nos salen seis, y la razón es sencilla; el Primero es mucho más bajo que el resto y es conocido como Pico de Majalasna. El Séptimo Pico es el más alto del macizo, con 2.138 metros. Se puede ascender, no sin cierta dificultad, entre los bloques, y en la cumbre encontraremos el vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional. Las vistas son espectaculares: hacia el sur la meseta madrileña, hacia el este Peñalara y Cabezas de Hierro y hacia el oeste la Mujer  Muerta y la sierra de Malagón. Proseguimos el camino hacia el Sexto Pico, con un descenso y una rápida trepada. Aquí, en el camino nos encontramos granito muy fracturado y de color anaranjado, consecuencia de las fracturas que dominan este lugar. Seguimos la senda, marcada con los inevitables montones de piedra y dejando a la izquierda la línea de cumbres. Ascendemos al Quinto Pico y descendemos por su parte oeste descolgándonos entre las rocas en un paso muy estrecho, pero sin dificultad. Se bordea el Cuarto Pico por la derecha y tras él llegamos al tercer Pico. En él se encuentra otra forma pintoresca, la conocida Ventana del diablo, que no es más que una piedra caballera granítica con un hueco en medio. Llegamos al Segundo Pico, que es más bajo que los anteriores y su cumbre está dividida en dos partes. Aquí nosotros decidimos bajar directamente hacia en un descenso muy rápido a través del pinar, hasta llegar a un claro.
Ese claro es el Collado Ventoso, otro punto conocido de nuestra sierra y punto de enlace de numerosas rutas.
En el Collado hay una senda que parte hacia la izquierda, la senda de los Alevines; a pocos metros por la senda hay una fuente. Nosotros tomaremos en esta ocasión el camino que desciende hacia el norte, hacia nuestra derecha, a la famosa Senda Schmid. Este camino es ancho y está balizado con marcas amarillas. Llegamos a un camino que nos atraviesa en horizontal, y debemos seguir por nuestra derecha. Si seguimos por la izquierda tomamos la Senda de Los Cospes y nos conduce al puerto de la Fuenfría. El camino se hace horizontal, suave, entre el inmenso pinar de la umbría de Siete Picos que desciende hacia Valsaín. La monotonía del paisaje se rompe al alcanzar la Pradera de Navalusilla,  que aparece a nuestra izquierda y que en verano se convierte en un reposo de frescor. El camino continua horizontal hasta una curva a la izquierda en donde cruzamos el arroyo del Telégrafo, que no siempre lleva agua. Poco a poco el camino va a tender a ascender y se llega por fin a las pistas de esquí del Bosque y del Escaparate. Tras cruzarlas giramos a la izquierda y llegamos a la zona de Los Cogorros, de nuevo cogemos la carretera asfaltada que nos conduce al puerto de Navacerrada, finalizando la ruta.


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