 |
| Pique Longue |
La propuesta era sin duda ambiciosa, la ascensión al Pique Longue. La ruta era aún mas ambiciosa. Ascender a su cumbre por el corredor de la Moskowa. El grupo era grande esta vez, formado por siete montañeros dispuestos a anotarse una cumbre mas. Decisiones de ultima hora nos hicieron variar la ruta y optar por dejar el corredor para otra ocasión. Reconsideramos la propuesta en el ultimo momento y una vez a los pies del corredor, en la cabaña del Cerbillonar. Allí había llegado parte del equipo el viernes por la mañana. Evaristo y yo llegamos el viernes a Torla a las nueve y media de la noche. Después de cenar algo nos pusimos en marcha, a eso de las once y media, camino del Cerbillonar. A las dos de la madrugada estábamos dando la coñá a los que estaban durmiendo allí, Jose, Hugo, David, Carlos y Paco. Pero duro poco la cosa. Teníamos que dormir para poder estar lo mas frescos posible para la dura jornada del sábado. La decisión final era ascender todo el valle del río Ara en busca del circo del mismo nombre para acceder hasta el refugio de Oulettes de Gaube, en territorio francés, por el puerto de los Mulos. Revisando la ruta en casa me di cuenta que nos confundimos al interpretar el mapa y lo que realmente ascendimos fue el Col des Oulettes con 2.600 metros. Ojo menudo collado!!! Unos 250 metros de desnivel pero sin tregua, todo el sendero a derecho hacia arriba. Desde la cabaña del Cerbillonar tardamos unas tres horas poco mas o menos. Una vez coronado el collado, las vistas fueron suficiente recompensa para el duro ascenso.
A nuestra derecha la pared norte del Pique Longue, con sus mil metros sobre el fondo del valle en el que se encuentra el refugio de Oulettes. Este impresionante refugio nos esperaba para la hora de comer, o por lo menos de tomar algo de comida mas en serio. A medida que íbamos bajando apareció ante nuestra vista el glaciar de Oulettes. Y una vez mas quedamos impresionados. Un enorme bloque de hielo de tonos azulados agarrado a la roca al pie del Pique Longue. Algo nuevo para la mayoría. Nunca habíamos visto un glaciar mas allá de verlo en la televisión, si bien este glaciar es poco mas que un testigo de lo que debió de ser. En poco mas de una hora estábamos en el refugio comiendo y alguno que otro tomando una cerveza!! Que lujo. Habíamos decido que una vez comiéramos, descansaríamos un rato antes de marchar hacía el refugio de Baysselance, punto de partida para intentar el ascenso del Pique Longue remontando el glaciar d'Ossoue que cubre su ladera. En el rato que permanecimos en Oulettes, la meteorología dio un giro repentino. Pasamos del un sol implacable que tostaba nuestra piel, a un tiempo mas bien otoñal. Un feos nubarrones cubrieron de repente la cumbre del Pique Longue y desde el refugio nos temíamos lo peor. Nos dio el tiempo justo de acabar de comer.
Enormes goterones comenzaron a caer y corrimos con los macutos al refugio para guarecernos de la lluvia. En cinco minutos la zona común, que tienen la mayor parte de lo refugios para descalzarse y no entrar con las botas, estaba a tope. Por las ventanas veíamos como el agua hacia de las suyas. Pero no duró mucho la cosa. Paso la nube y se abrieron los claros. Este cambio repentino nos lleno de incertidumbre sobre las condiciones para proseguir con nuestra ruta. Ante la posibilidad de que el tiempo fuera a peor preguntamos en el refugio que previsión de tiempo tenían ellos. Siempre que hemos preguntado en muchos de los refugios españoles, el guarda nos ha dado la previsión que les suelen enviar a ellos. Además suelen pasar buena parte del año en las alturas y conocen mejor que nadie como se suele comportar el tiempo en esos lugares. La cuestión es que la repuesta de la gente del refugio fue esclarecedora. Puede hacer sol o estar nublado, llover o no llover!! Vamos que nos lo dejaron meridianamente claro. Hacer lo que os salga de los tallarines. Si queréis subir a Baysselance, pues subir. Lo que nos hubiéramos ahorrado en las horas siguientes si los mendas nos hubieran afinado mas.
 |
| A la salida del refugio |
Pero bueno, paro de llover y nos decidimos por subir al otro refugio a dormir por allí arriba. El tiempo era algo cambiante y si bien es cierto que la cumbre del Pique Longue se nublaba a ratos, subimos en 1h.30m. de marcha y sin demasiada complicación hasta el collado de la Horquette de Ossue a 2.734 msnm. Desde allí teníamos a mano la cumbre del Petit Vignemale a 3.032 msnm y fue una lastima que no hubiera nadie lo suficientemente decidido a hacer esa cumbre, eran tan solo 300 metros. En el rato que estuvimos en el collado descansando y disfrutando de las vista veíamos como otros montañeros subían poco a poco como un rosario. Eran las cuatro y media de la tarde pero en ese momento solo pensábamos ya en llegar al refugio y buscar un lugar adecuado para montar nuestro vivac, llevábamos desde las siete de la mañana dándole a las piernas y estábamos cansados. No pensábamos que fuera a llover demasiado y esa era la idea original, descansar en la zona del refugio de Baysselance a 2.651 msnm lo que restaba de día, para que al día siguiente estuviéramos frescos para subir el Pique Longue el que quisiera y los que no, que descansaran o incluso hicieran el Petit. Claro que eso eran los planes originales y después de haber pasado una noche perfecta en la Cabaña del Cerbillonar. En el rato que estuvimos en el refugio vimos empeorar el tiempo bastante. Se cubrió por completo y las nubes amenazaban con descargar.
 |
| Menuda jaima!! |
Montamos una merde de tinglado para poder pasar la noche en caso de que cayeran algunas gotas y en previsión de una noche fresquita, nos decidimos a cenar en el refugio. Al hablar con la gente del refugio durante la cena, tanteamos la posibilidad de refugiarnos en la zona común en caso de que la noche fuera demasiado dura. El guarda nos comentó que no era posible y realmente nos mosqueo un poco. Pero bueno no había llovido nada y manteníamos la esperanza de poder hacer nuestro vivac. Pero la cosa cambio rápidamente mientras cenábamos. Hay que decir que Jose, uno de los compis, había decidido pasar del tema de la cena en el refugio y estaba fuera cuando comenzó el diluvio. David y Evaristo salieron para ayudar a recoger las cosas que habíamos dejado todos fuera. Las metieron como pudieron en la zona común donde dejar el material y terminamos de cenar. Lo peor que nos podía pasar, nos estaba pasando. Llovía sin parar y el menda del refugio no daba su brazo a torcer. Pienso que creía que queríamos pasar la noche en el refugio por la cara y claro no podía ser, según nos manifestó tenía un negocio que mantener !?!? Nos dejó un poco flipados por la actitud. Muchos de nosotros pensábamos que precisamente se trataba de un refugio. Pero craso error. Era un hotel. Y claro sin reserva y sin plaza, nada que hacer. A la calle como perros, con la que estaba cayendo. El cabreo era monumental y nos llevo a estar todos mas tensos que una cuerda de guitarra. Para David y para mi la situación nos agobiaba bastante, nos sentíamos responsables. No contamos con que el tiempo fuera tan malo. Otros años la meteo en el mes de julio había sido excelente y con eso contábamos. Así que la sorpresa fue grande. Como única solución encontrábamos la posibilidad de dormir, según nos decían otros montañeros, en una cuevas que hay en el camino de subida hacia el glaciar y el Pique Longue. Dos salieron en su busca. Los demás nos quedamos a ver que podíamos hacer con el armario que hay por guarda. El regreso de los que buscaban las cuevas fue una decepción. No las encontraron, por tanto solo nos quedaba pelear con el armario para que nos dejara pasar la noche allí como fuera. Al final las gestiones de quienes tenían la mente menos ofuscada que la mía lograron el objetivo. El guarda viendo la que estaba cayendo y que le faltaban cuatro personas que habían reservado, pensó en su "negocio" y aceptó que entráramos todos en el refugio. Cuatro en camas y el resto en el salón comedor en el suelo, eso si a tarifa premium. 22 pavetes por un trozo de suelo con el compromiso de estar en pie a las cinco y media. Y gracias damos. Por lo menos no nos mojamos. Pero bueno la historia se acabó pasada la tremenda noche de temporal en pleno mes de agosto.
Las primera luces del alba nos mostraban la cumbre del Pique Longue cubierta de nubes. Así que con las pocas ganas que teníamos de tener mas movidas con el menda del refugio, tomamos la dura decisión de no ascender en esta ocasión a la cumbre. Controvertida decisión. Algunos todavía teníamos ganas de subir, pero ni el tiempo estaba claro, ni todos querían subir. Pasar un día mas a esas alturas en unas condiciones de tiempo tan inciertas, a nadie le molaba. Tomamos la decisión de tomar directamente el camino de regreso. Así que sobre las siete de la mañana poníamos rumbo a Bujaruelo. La ruta para ese día se convertiría en muy exigente para todos. La distancia hasta nuestro destino era bastante larga, pero estábamos decididos a regresar ya. A favor que el comienzo era cuesta abajo. El descenso desde Baysellance fue para mi una decepción, nos íbamos de allí sin haber ascendido ningún pico. Y eso iba dando vueltas en mi coco. Ademas pensaba en que esto no era lo previsto y nos sobraría tiempo si conseguíamos llegar a Bujaruelo. Pensaba en hacer algún pico en el camino de regreso o tal vez al día siguiente. Y en cuanto paramos se lo comente a David. No me apetecía regresar antes de tiempo y menos sin una cumbre, una cabezonería de las mías.
Estudiamos el mapa y de nuevo me flipé. Lo reconozco me entusiasmo con facilidad. Y se nos pasó por la cabeza subir la Taillón desde Bujaruelo. Otra paliza viendo realmente el desnivel que teníamos que superar. La cosa daba vueltas en el coco mientras recorríamos los valles camino de la Cabaña de Lourdes y ascendiendo por el Valle de la Canau hacia el Puerto de Bernatuara. Llegar a la Cabaña de Lourdes situada a 1.947 msnm, no nos costó mucho, pero llegar al Puerto de Bernatuara fue otro cantar. El Valle de la Canau es bastante llano al inicio, pero al llegar al fondo del valle la cosa se pone realmente empinada para poder ascender hasta los 2.338 metros del puerto. Algunos lo pasamos mal, llevábamos ya muchos kilómetros encima y muchos metros de desnivel en nuestras piernas. Pero bueno, el Ibón de Bernatuara nos recibió nada mas alcanzar al puerto y la vista era espectacular.
Ahora ya solo nos quedaba bajar hasta Bujaruelo, otros mil metros para abajo de continuo, sin descanso. Así que una buena parada a la orilla del ibón para comer algo y reponer fuerzas. La bajada nos iba a rematar del todo. Pesada, cansada, hasta la extenuación. Llegamos a rastras. David y yo los últimos reventados, pero llegamos!! Y completamos la pedazo de ruta que en parte nos habíamos propuesto, 40 kilómetros por montaña subiendo y bajando puertos mas altos que muchas montañas en dos días. Todo un reto para muchos. Pero para mi por lo menos con la insatisfacción de no haber subido ninguna montaña, como nos acordábamos del Petit Vignemale!! Mira que no haber subido los 300 metros que nos separaban de la cumbre...
Pero las montañas no se mueven y ahí estarán la próxima vez que planeemos su ascenso. La experiencia nadie nos la quita, y por lo menos hemos reconocido el terreno para el futuro. Quisiera agradecer a todos los que nos juntamos en aquella ocasión, Jose, Carlos, Paco, Evaristo, Hugo, David, la convivencia de esos dos días. Era la primera vez que salíamos tantos y tan variados con un mismo objetivo y aunque no lográramos parte de él, logramos que esos dos días fueran muy divertidos a pesar del esfuerzo.
